domingo, 13 de febrero de 2011

Comunidad de comunidades

Hay patrones obsoletos que se resisten a morir, y muchas veces las esperanzas de muchos se mueren con ellos. Prueba de ello son algunos movimientos políticos y religiosos. También hay otros muchos ejemplos, pero aquí voy a hablar de un caso de éxito que está protagonizando el ser humano en su evolución como ser social.

En la actualidad la dinámica de ideas que emergen a diario están basadas en experiencias pasadas, a veces se copian simplemente, otras  veces se modifican para que parezcan nuevas, esto sucede mucho en el arte.
Pero entre todos los movimientos hay uno que está marcando una línea eficiente, ligera y enriquecedora: el SOFTWARE LIBRE.
Y en este movimiento modelo de otros muchos todo se vertebra a partir de un eje principal: la COMUNIDAD.
Pero el proceso no termina ahí. Cada una de las comunidades a su vez interacciona con el resto formando una COMUNIDAD GLOBAL DEL SOFTWARE LIBRE donde se implican cada día muchos millones de personas en un proceso mundial donde la riqueza se reparte de forma dinámica en torno al CONOCIMIENTO SOLIDARIO. No olvidemos que el Conocimiento es el principal factor de riqueza en los pueblos del Siglo XXI. En este sentido hay que reconocer que toda la fuerza y dinamismo adquiridos en estos últimos años se deben a un ecosistema sin el cual nada de esto hubiera sido posible: INTERNET.
Yo, personalmente participo en la Comunidad Asturix donde he aprendido a respetar y respirar la esencia misma del Software Libre, una comunidad donde siempre están las puertas abiertas y no hay límites. De hecho, la constante principal es la auténtica participación e interrelación de sus miembros en la medida de sus posibilidades, sin límite de edad, ni de conocimientos, sin problemas de idiomas ni de cualquier obstáculo que no se pueda superar, sin componentes ni políticos, ni religiosos ni de otros sistemas similares de etiquetado. Parece utopía pero es una auténtica realidad que ilusiona a todos aquellos que vemos cómo la Comunidad crece y se hace cada vez más fuerte y todos crecemos con ella. Tanto que queremos contarlo y contagiar a todos aquellos que nos son necesarios. Por cierto necesitamos educadores, abogados, diseñadores, traductores, técnicos de imagen y sonido, especialistas en comunicación, usuarios,... todos somos necesarios en un ecosistema donde todos podemos aprender de todos.
Cada vez son más las grandes compañías que  se apoyan actualmente en las ideas e innovación de las comunidades de software libre para seguir siendo competitivos. Más de cuarenta millones de desarrolladores de entre doce y ochenta años interactúan cada día con varias comunidades en una frenética interrelación de conocimiento donde lo difícil es encontrar algo nuevo que no esté desarrollado. Un claro ejemplo es la explosión de Android Market.
Otro testimonio es el conjunto de distribuciones Linux que cada día mejoran miles de herramientas, las acercan de forma amigable al usuario final e innovan a una velocidad difícil de imaginar hace unos años.
Pero este sistema se ve amenazado. Este modelo se ha llevado y adaptado a los comportamientos sociales y la comunicación se ha erigido como la principal arma ciudadana y esto está poniendo nerviosos a los grandes poderes. Primero Wekeleaks y ahora la revolución en algunos pueblos oprimidos están precipitando medidas que van orientadas a “controlar” el medio que facilita estos fenómenos (Internet). Gracias a Wekeleaks todos los ciudadanos conocemos cada día mejor la realidad que antes sólo suponíamos. Ahora, la Comunidad de Comunidades se puede decir que es el garante de la libertad de expresión, el principal brazo armado de la ciudadanía global en una guerra de poder que se avecina entre esos patrones desfasados pero muy poderosos y una ciudadanía que se siente más fuerte y unida que nunca contra la opresión y la corrupción.
Por más que se empeñen algunos en definir con palabras extrañas (como “internautas”) a los que usan Internet, todos los ciudadanos lo usamos, o la gran mayoría. Y es que a aquellos políticos que usan Internet como puro medio de marketing de bajo coste para hacer su campaña, ¿no se les puede llamar también “internautas”? los mismos que con leyes como la famosa “Sin de...” han demostrado en un claro acto dictador en contra de la voluntad el pueblo y de las Cortes un desprecio inusitado por la ciudadanía.
La clave está en las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, y esas tecnologías deben ser un patrimonio de la Humanidad y eso es justo lo que defiende y construye cada día la COMUNIDAD INTERNACIONAL DE SOFTWARE LIBRE, un claro ejemplo de la dignificación del ser humano como ser social y solidario.
(Luis Miguel Cuende, miembro de la Comunidad del Proyecto Asturix)